La publicidad es hoy, lamentablemente, una de las referencias culturales más importantes al alcance de la sociedad (y vaya el alcance). Los anuncios comerciales van dando pautas de cómo deberá ser el físico predilecto, la familia, la vida, creando ideales basados en el consumo para conseguir el bienestar, la belleza, la felicidad… Por ello, valuar con un filtro crítico los mensajes que exhala la publicidad es crucial para dar una resignificación a la vida con aquellos valores que realmente creamos que son auténticos.
En este sentido una cómica pero importante iniciativa, “Las Publivíboras”, organizada por personajes críticos de la sociedad mexicana, ha premiado a la publicidad más discriminatoria y sexista del medio. En este país, de una arraigada cultura machista, la mujer es especialmente usada como un objeto de venta; cientos de anuncios parecieran vender más a la chica del comercial que el producto mismo o bien, aluden tajantemente a un rol de la mujer como ama de casa, madre y esposa. En el caso de los hombres, muchos comerciales continúan promoviéndolos como seres más frívolos. Estereotipos que se siguen replicando infinitamente.
El conductor de La noche de las Publivíboras 2014, Enrique Hernández Alcázar, recordó que ‘la madre de las desigualdades’ es la desigualdad cultural entre hombres y mujeres. Estos premios son un recordatorio de que aunque pareciera épico el combatir al frenético mundo de la publicidad, sí podemos cuestionarlo, sobre todo a sus estereotipos promovidos, para evitar replicarlos o al menos cuestionarnos si realmente deseamos hacerlo.
Algunos de los anuncios ganadores de 2014 por su carga sexista o discriminatoria:
Twitter de la autora: @anapauladelatd
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