Co-descubridor del ADN se ve en necesidad de vender su medalla del Premio Nobel luego de comentarios racistas

El genetista y co-descubridor de la estructura del ADN, James Watson, salió de la esfera pública en 2007 luego de un comentario racista publicado en el Sunday Times. Watson dijo que  se sentía “pesimista frente al prospecto de África”, pues “todas nuestras políticas sociales están basadas en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra, mientras que todas las pruebas dicen que no realmente”.

Watson añadió gasolina a la hoguera sugiriendo reportes anecdóticos de que los empleados negros son menos inteligentes, y que no existen científicos negros talentosos que él pudiera contratar para su laboratorio.

Como consecuencia de estas declaraciones, Watson fue despedido de la mesa directiva de muchas de las compañías que le daban empleo, por lo que desde hace 7 años no cuenta con ingresos más allá de lo académico. “Nadie quiere admitir que yo existo”, dijo al Financial Times. La comunidad académica le volvió la espalda y lo acusó de racista y prejuicioso.

Pero Watson no vive precisamente en la pobreza: simplemente nadie quiere invitarlo a dar lecturas públicas desde entonces, ni tener nada que ver con él. Como estrategia para reintegrarse a la conversación pública, Watson de 86 años planea vender la medalla del Premio Nobel de Medicina –que ganó  junto a Francis Crick en 1962--, y afirma que donará parte de las ganancias de la subasta “a las instituciones que me han cuidado”, como las universidades de Chicago y Cambridge.

La medalla sería subastada en Christie’s de Nueva York, y se estima que su precio de compra podría alcanzar los 3 millones de dólares. La medalla de Crick fue subastada en Shanghai el año pasado y sobrepasó los 2.3 millones.

Un viejo proverbio chino dice que la balsa que te salva de ahogarte puede tener un color feo, lo que significa que las fallas del maestro no opacan su enseñanza. En el caso de Watson, su investigación cambió el entendimiento de los humanos sobre sí mismos, y el campo de la genética moderna no sería nada sin él y Crick.

Sin embargo, en tanto figura pública, está de algún modo condenado a hacerse responsable de sus declaraciones: “He tenido una vida única”, dice Watson, “que me ha permitido hacer cosas… Fue estúpido de mi parte. No puedes hacer nada sino esperar que la gente sepa realmente quién eres".

Se trata de la cuarta medalla Nobel subastada públicamente, y la primera de un ganador vivo. Las otras son la mencionada de Crick, la de Aage Bohr (hijo de Niels) y la del escritor William Faulkner.

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