[caption id="attachment_87035" align="aligncenter" width="575"]
Una tumba que data de hace 1,000 años fue encontrada en el norte de China. Lo que sorprende del hallazgo –además de la riqueza de sus ornamentos, que han hecho el deleite teórico de los arqueólogos— es la minuciosidad del decorado: un cielo y un poema y una estatua que funciona como avatar del ocupante.
[caption id="attachment_87032" align="aligncenter" width="575"]El equipo de excavación, liderado por el doctor Junxi Liu, dio con la tumba muy cerca de una moderna estación de trenes. Es de forma circular y no contiene restos humanos ni tesoros cuantiosos, pues ha sido saqueada en el pasado. Sin embargo, la tumba guarda una riqueza simbólica y cultural importante para el pueblo chino, según el reporte publicado en la revista Chinese Cultural Relics.
En la pared este de la tumba se encuentra un enorme mural de la vida cotidiana de hace 1,000 años. Se presume que el protagonista de la escena es el difunto –un funcionario importante de la dinastía Liao, que por entonces controlaba el norte de China, Mongolia y parte del sur de la moderna Rusia--, rodeado de sirvientes que le ofrecen viandas, además de escenas con caballos y camellos y también un ciervo, una grulla, árboles de bambú y una tortuga amarilla.
Parte del poema inscrito en dicha pared reza: “Se dice que el bambú sobrevive al frío. Vive tanto como el espíritu de la garza y la tortuga”.
Por su parte, el techo de la tumba está perlado de constelaciones estelares pintadas en rojo. Según los investigadores, “las constelaciones completas están formadas de líneas rectas conectando las estrellas en formas y figuras relevantes”.
Una práctica budista muy difundida por entonces era la de colocar una estatua del difunto en vez de colocar el cuerpo. En el caso de la tumba de Datong (nombre de la ciudad cercana al hallazgo), la estatua muestra a un hombre sonriente de casi 2m de alto, de túnica negra, sentado con la pierna cruzada, contemplando a través de su avatar la decoración que primorosamente planeara en vida, hasta el más mínimo gesto con que su estatua lo volvería inmortal, a pesar de que su nombre no pudiera ser hallado en ninguna parte.
[caption id="attachment_87038" align="aligncenter" width="575"]