Analgésicos para todo (y los serios problemas de salud que conlleva tomarte esa aspirina)

 

¿Te duele algo? La solución más fácil: hay una pastilla para eso. Este suele ser el razonamiento de millones de personas que prefieren reaccionar de una manera pasivo-agresiva a la primera molestia física. El problema de esto es que nuestra noción de que los analgésicos como la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol, entre otros, son inocuos y podemos tomarlos ilimitadamente es un juicio erróneo. Estudios muestran que el abuso de analgésicos puede tener serios efectos colaterales.

Los antiinflamatorios no esteroideos usados a granel pueden provocar hemorragias y úlceras, aumentan las alergias y afectan el corazón, entre otras exacerbaciones de la salud.

El abuso de estas sustancias contribuye a un paradigma médico de tratamiento de los síntomas y no de las causas, alimenta a la ambiciosa industria farmacéutica y rinde pocos beneficios duraderos. A su vez esta reacción muestra nuestra incapacidad de lidiar con aquello que nos incomoda, mejor reprimiéndolo que resolviéndolo.

La siguiente gráfica recopila una serie de padecimientos asociados al consumo de diferentes analgésicos y concluye presentando la alternativa de utilizar medios naturales para tratar el dolor, incluyendo la meditación, el yoga, el ejercicio en la naturaleza, hierbas antiinflamatorias (la cúrcuma, el regaliz y el jengibre son buenas opciones), una dieta baja en granos y azúcares y algunas otras.  

 

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