El cerebro entiende palabras cuando estás dormido; podemos usar el lenguaje para programarnos

Tal vez has visto alguna de esas grabaciones de hipnosis que prometen influir en tu cerebro para dejar de fumar o cualquier otra cosa con mensajes subliminales que puedes reproducir mientras duermes; y aunque esto sonaba como una medida desesperada y poco efectiva, algo de verdad puede haber en estos métodos, según ha arrojado un nuevo estudio.

Investigadores franceses liderados por Sid Kouider realizaron un elegante experimento en el que se conectó a una serie de voluntarios a un aparato que medía sus ondas cerebrales mientras realizaban un sencillo examen de categorizar palabras que escuchaban: podían ser un animal o un objeto. Al escuchar la palabra los participantes debían apretar un botón con su mano derecha o su mano izquierda. Lo interesante del experimento fue que se les permitió quedarse dormidos mientras seguían realizando la prueba.

Kouider y su equipo habían registrado los patrones neurales correspondientes a las diferentes respuestas, mostrando una actividad cerebral distinta cuando se usaba la mano derecha o la mano izquierda. Lo sorprendente del caso fue que los voluntarios siguieron manifestando la actividad cerebral en respuesta a las palabras que escuchaban aunque ya estaban dormidos. Si bien evidentemente no utilizaban sus manos, sus cerebros seguían respondiendo de manera correcta la categoría a la que pertenecían las palabras.

Esto lleva a un nuevo entendimiento la idea de que algo es tan fácil que hasta dormido lo podemos resolver y, sobre todo, abre una nueva dimensión sobre cómo podemos entrenar el cerebro. Aunque quizás lo mejor sea simplemente dejar que se manifieste el curso natural de nuestros sueños --el tiempo donde consolidamos memorias y nuestras neuronas se regeneran-- algunas personas seguramente querrán aprovechar el tiempo de sueño para practicar y modelar su psique. Ya que el cerebro es esencialmente moldeable (neuroplasticidad) es probable que sea posible que los mensajes que emitimos a un cerebro dormido puedan activar ciertos patrones de comportamiento que puedan acarrearse al mundo de la vigilia, como una especie de memoria sub rosa. En un sentido primario, somos lo que recordamos, así que si podemos utilizar los sueños para almacenar recuerdos selectivos, podemos modificarnos a un nivel cuasiontológico.

 

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