Pocas mentes musicales más complejas, al menos en las últimas décadas, que la del irlandés Richard D. James. Su veta matemática, enramada con una sensibilidad desbordada, terminan por animar uno de los discursos sonoros más intrigantes y mejor logrados de nuestra generación. Luego de 13 años de no estrenar un álbum de estudio, al menos bajo la firma de Aphex Twin, James irrumpe con Syro, un LP de 12 tracks que sintetiza, suponemos, el trayecto experiencial que protagonizó durante este periodo de recogimiento.
Fiel a su neurosis didáctica, por momentos ejemplar, durante la exclusiva presentación de Syro en Nueva York, ocurrida el pasado 6 de septiembre, se solicitó a los asistentes abstenerse de llevar teléfonos y cualquier otro dispositivo al evento. Al parecer la limitante no sólo respondía a evitar que este exótico corindón se filtrara a las mareas digitales; también se trataba de un llamado a los asistentes a vivir el momento y, sobretodo, de un recordatorio: la invitación era a escuchar la música que James estrenaba y no a tuitear sus sensaciones, instagramear su outfit de la ocasión o presumir su presencia vía Facebook. Tampoco se trataba de dedicar tiempo y energía a tratar de documentar en foto o video la experiencia –lo cual podría interpretarse como una cátedra de gentileza pro-musical, un gesto especialmente pertinente en esta época.
Vastas praderas sintéticas habitadas por breakbeats, aradas por medio de herramientas como el acid house o el jungle temprano, dibujan el mapa de Syro. Aquellos que soñaron con secuencias de metafísica futurista o un desfile de "improcesable" innovación sonora, una constante en el Aphex Twin de hace 15 o 20 años, quizá habrán experimentado una cierta decepción al encontrarse con un álbum que más que intentar azorarnos con una épica reinvención, nos presenta una especie de ejercicio reflexivo, una discreta reorganización de los sonidos que James nos había ya presentado desde hace décadas.
Si bien no se trata de un disco impenetrable, repleto de glándulas pineales psicotrónicas –como lo es buena parte de su discografía–, tampoco estamos frente a la gentileza de sus compilaciones de ambient o del accesible humor de tracks como "Milk Man". Pero en todo caso queda claro que en Syro James hace lo que mejor sabe hacer: construir rebujados sistemas de resonancia que terminan materializados en un código musical indiscutiblemente suyo. Se trata de un disco tan sincero como poco complaciente, que no busca saciar las monumentales expectativas que presumiblemente generaría el "primer álbum de Aphex Twin en 13 años".
Syro será estrenado oficialmente este próximo 22 de septiembre. Por suerte pudimos encontrarlo antes para presentárselos, pero también advierto que, como ocurre con muchas de sus piezas, antes de hablar de él tendría que haber esperado días, quizá semanas, para digerirlo. La primicia nos ganó, y estamos contentos de compartir con ustedes este regalo otoñal auspiciado por la siempre genial complejidad de Richard D. James.
Twitter del autor: @ParadoxeParadis