El norovirus es causa de gastroenteritis, y es tan común como el rotavirus. Cada año es contraído por unas 21 millones de personas en Estados Unidos, de las cuales entre 56 mil y 71 mil terminan en hospitalización, y cerca de 800 casos, en la muerte. Los investigadores utilizaron el bacteriófago MS-2, similar en forma y tamaño al norovirus, para seguir la diseminación del agente infeccioso.
El bacteriófago se colocó en lugares tocados frecuentemente por las personas, como manijas de puertas, teléfonos, interruptores de luz, etc.; luego se sacaban muestras en periodos de dos horas. A las cuatro horas, el norovirus fue encontrado en casi 60% de los bacteriófagos: en mesas, botones de elevador, teléfonos y equipo de cómputo.
Los humanos nos infectamos con el norovirus cuando tocamos nuestra boca con las manos sucias; y aunque la diseminación del virus es veloz, lavarse las manos y limpiar las superficies con productos químicos reduce la propagación entre 80 y 99%. La mala noticia es que los productos que acaban con el virus (como los limpiadores con fórmula basada en compuestos de amoníaco cuaternario) podrían estar haciendo a los virus más resistentes y resilientes.