¿Podría ser el fenómeno OVNI una útil arma de distracción masiva, un mito moderno para controlar a los ciudadanos y mantenerlos en un estado mental favorable para el poder, lejos de la inmediatez y las cosas que verdaderamente los conciernen? Esto es lo que parece revelar el documental Mirage Men. Bajo la tesis de que la ufología es un intrincado espejismo generado por agencias de inteligencia --sumadas a los sistemas de creencias y la tendencia humana a considerarlos una realidad inequívoca--, este documental reúne convincente evidencia y testimonios de "whistleblowers" que parecen concluir que el Departamento de Defensa de Estados Unidos y otros países al menos han fomentado la percepción de que existen naves espaciales extraterrestres sobrevolando nuestro planeta.
Mirage Men sugiere que el meme de los extraterrestres es un proyecto de más de 60 años de agencias de inteligencia, "un arma de decepción masiva" o una "psy-op" que ha germinado una nueva mitología capaz de cautivar las mentes de todo tipo de personas, incluyendo los propios agentes. Es una de las mejores historias jamás contadas, porque apela a una profunda intuición y a un substrato psíquico arquetípico.
El documental cuenta con el testimonio de Richard Doty, un oficial de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos que se infiltró en los círculos ufológicos. Doty decía a los investigadores de OVNIs que si cooperaban con él les diría lo que el gobierno "realmente" sabe. Con sólo estimularlos un poco, muchos investigadores tejieron estrambóticas historias de abducciones, bases subterráneas y pactos con civilizaciones galácticas.
El caso más sonado es el de Paul Bennewitz, un exitoso empresario de la electrónica que empezó a captar extrañas señales en un equipo amateur, que interpretó como de origen extraterrestre. Bennewitz vivía a un lado de la base militar de Kirtland y, como buen patriota, contactó a la Fuerza Armada. En vez de pedirle que parara (ya que, en cierta forma, estaba espiando), los oficiales se mostraron deferentes y lo motivaron a seguir haciendo su investigación. Años después Bennewitz estaba interpretando idiomas alienígenas y detectando zonas en donde se habían derribado naves, utilizando software que le habían dado los militares. Esto terminó llevándolo a un hospital psiquiátrico.
El autor del libro Mirage Men --en el que se basa el documental--, Mark Pilkington, aclara que en estas zonas pantanosas de la paranoia nada es lo que parece. El caso de Richard Doty es enigmático. "Algunas cosas de las que habla son verdad pero estoy seguro que muchas otras no, o son sólo versiones. No tengo duda de que Rick estaba en la parte baja de la escalera que se extiende hasta Washington. No estoy seguro hasta qué punto estaba siguiendo órdenes o tomando el asunto en sus propias manos".
Claro que Pilkington y los agentes que aparecen en el documental podrían ser dobles agentes y estar haciéndonos creer que el tema es falso para poder ocultar la verdad en otra capa, y así hasta el infinito en una casa de espejos o en una cebolla de supercuerdas... Y lo que es indudable es que el universo y sus posibilidades son más vastas del poder computacional de nuestra mente, así que resulta igualmente ridículo pensar que esto comprueba que no existen extraterrestres en este plano. El documental solamente muestra que el gobierno ha participado influyendo en la colectividad para que se difunda esta creencia.
Recomendamos mucho ver este documental, sin duda uno de los mejores y más serios esfuerzos de penetrar en la madriguera del conejo, entre la desinformación y la singularidad cósmica.