Charles Bukowski es una especie de héroe bohemio, admirado por su estilo "no-bullshit", sin concesiones, sin mediastintas y por su capacidad de navegar lo sórdido con enorme fuerza medular. A la gente le encanta hasta la dura fonética de su nombre ("Bukowski"), su apariencia desaliñada, su bestialidad y por supuesto, los temas en los que se revuelve su escritura. Uno de esos temas es la misma escritura. Bukowski es, entre los muchos escritores que escriben sobre escribir, uno de los que más ha romantizado este arte, llenándolo de un aura de película independiente (una B-movie) que glorifica su visión personal y su desparpajo alejado de lo que los demás piensan (avatar poético del "Canto a mí mismo").
"Sólo me interesa la siguiente línea, lo que voy a escribir en el siguiente momento, lo que pasó pasó, no quiero merodear en ello. Si no puedes escribir la siguiente línea, estás muerto", dice Bukowski en la animación realizada por Drew Christie a partir de una conversación casual que tuvieron el escritor, su esposa y su productor en 1993 para Run With the Hunted.