Los slogans que surgen del romanticismo cliché, por ejemplo el de "En el amor no hay edades", quizá debieran de considerarse dos veces antes de ser risueñamente promovidos. Y es que en algunos casos pueden llevar a estrambóticos extremos como el de Seneie Masilea, de nueve años, y Helen Shabangu, de 62, quienes recién contrajeron, por segunda ocasión, matrimonio. La exuberante celebración ocurrió en Sudáfrica.
Aparentemente, en este país se tiene la costumbre de contraer nupcias tres veces seguidas, como un ejercicio que reafirma el amor que une a la pareja y para que el enlace sea reconocidos por los espíritus de ambas familias. A pesar de que el acto fue considerado por algunos de los asistentes como "asqueroso", la inusual pareja irradiaba felicidad.
"Cuando sea mayor me voy a casar con una mujer de mi edad. Escogí a Helen porque yo la amo; pese a que no vivimos juntos o no la veo todo el tiempo, nos encontramos regularmente en el local donde ella trabaja", advirtió el menor al ser cuestionado sobre su casamiento con una mujer que ya tiene cinco hijos de entre 28 y 32 años de edad.
