Siguiendo los patrones de circulación es muy sencillo hacer predicciones; por ejemplo, los estados ambientales pueden entorpecer o dinamizar el tránsito. Las matemáticas son una herramienta por demás útil para generar nuevos patrones. Si una caseta de boletos en el metro está situada en un lugar estratégico es posible agilizar el tráfico. Igual sucede con el sitio exacto en el que un tren debe pararse; es plausible hacer intersecciones y cálculos sobre geometrías que acoten los tiempos.
Cuando se analiza el flujo de tráfico de las ciudades a distintas horas, es sencillo acoplarlo para que responda a nuevas dinámicas. Respondiendo a esta ventaja, un grupo de especialistas de la ciudad de México está haciendo un método matemático para agilizar el tráfico en esta urbe:
A través de ese desarrollo matemático se logró establecer una base de conocimiento para realizar tomas de decisiones como el lugar adecuado para colocar contenciones peatonales, los puntos más precisos para colocar máquinas expendedoras de boletos o estaciones de recarga, así como señalizaciones adecuadas para manipular el tráfico peatonal. Actualmente se ha transferido ese conocimiento al propio Sistema de Transporte Colectivo.
(Joaquín Delgado Fernández, investigador de la UAM-I)
El objetivo del modelo también es incentivar el uso aplicado de las matemáticas desde una perspectiva cotidiana. Aunque las matemáticas están en todos lados, se conciben poco en la cultura como una vía para solucionar problemas sociales cercanos. Si la realidad genera patrones matemáticos es posible modificar éstos con nuevas estructuras que arrojen resultados distintos, un juego por demás útil.