En La locura que viene de las ninfas, Roberto Calasso retoma el tema de la posesión demoníaca desde una perspectiva no cristiana (es decir, no relacionada con el imaginario del exorcista) sino como un entheos: como la presencia de un dios que se manifiesta a través de nosotros.
Hoy sabemos que el diagnóstico y la locura son simplemente formas de lidiar con lo desconocido en nosotros mismos --con el inconsciente cuando toma posesión de la conciencia y el miedo y los deseos, es decir, los demonios, se desbordan y nos poseen.
Los nombres de estos demonios provienen del catálogo que la demonología moderna --la psiquiatría-- nombra esquizofrenia, paranoia o delirium tremens; para combatirlos, ha desarrollado armas equivalentes a las de la religión católica, lo cual nos indica que cada visión del mundo diagnostica según sus propias creencias.
Sin embargo, un estudio del doctor Kemal Irmak del Alto Consejo de Ciencia de Ankara, Turquía, plantea combatir la posesión demoníaca con los métodos de curanderos tradicionales, es decir, como fueron tratados durante siglos los síntomas de la esquizofrenia, antes de la invención de la psiquiatría.
Escribe Irmak: "Las experiencias alucinatorias son un indicador positivo y cardinal de la esquizofrenia, que merece un estudio cuidadoso con la esperanza de obtener información sobre la patofisiología de la enfermedad. Nosotros pensamos que muchas de las así llamadas alucinaciones, en la esquizofrenia, son ilusiones relacionadas a un estimulo ambiental real."
Sin embargo, el estudio de Irmak toma un giro inesperado que plantea la posibilidad de que Turquía se ponga de pronto a la cabeza de todas las escuelas de psicología del mundo (o, al menos, en los titulares de sus principales revistas) al admitir "la posibilidad de un mundo demoníaco" como "un acercamiento a considerar para el problema de las alucinaciones."
Recorriendo una fina línea entre la fe y la ciencia, Irmak escribe que: "los demonios son criaturas invisibles cuya existencia está extendida en todas las grandes religiones, y tienen poderes para poseer humanos y controlar sus cuerpos. La posesión demoníaca puede manifestarse en una amplia variedad de comportamientos extraños, que podrían ser interpretados como cierto número de desórdenes psicóticos con delirios y alucinaciones."
Enfoques como la psicología social, el psicodrama y, en otro registro, la psicomagia, han echado mano de una interpretación tradicional de los padecimientos populares, así como de sus teorías de cura, aplicando remedios tradicionales junto con teorías modernas. Pero, por desgracia, el enfoque del doctor Irmak parece más encaminado a demostrar que las alucinaciones son manifestaciones demoníacas que a arriesgarse a utilizar procedimientos de magia tradicional en un contexto psiquiátrico:
La alucinación en esquizofrenia podría ser, pues, una ilusión --una falsa interpretación de una imagen sensorial real formada por demonios. Un curandero local de nuestra región ayuda a pacientes con esquizofrenia. Su método de tratamiento parece ser exitoso porque sus pacientes abandonan los síntomas a los tres meses. Así pues, podría ser útil para las profesiones médicas el trabajar junto a curanderos para definir mejores tratamientos para la esquizofrenia.