Durante la maternidad, una madre heterosexual experimenta cambios en la amígdala, el centro cerebral de procesamiento emocional, mientras los padres heterosexuales responden a las necesidades de sus bebés, que perciben a través de los centros cognitivos del cerebro. Sin embargo, según el reporte, los centros emocionales de los padres se activan para hacerse cargo de sus bebés cuando la madre no está presente.
El estudio examinó a 48 hombres homosexuales y lo que pasa con sus cerebros cuando cuidan a sus hijos. En lugar de responder a la paternidad como hombres heterosexuales, su actividad neuronal mostraba un comportamiento tanto de madres como de padres, según se necesitara: "Sus circuitos emocionales estaban activos como madres, y sus circuitos cognitivos estaban activos como padres", asegura la revista.
"Los investigadores encontraron también que, mientras más tiempo pasara un padre gay con su bebé, se presentaba una mayor conexión entre las estructuras emocionales y cognitivas". En otras palabras, tal vez los padres homosexuales sean los padres perfectos, pues pueden adoptar el rol adecuado a las necesidades de su hijo con mayor flexibilidad que los padres heterosexuales. Este estudio es un gran argumento para apoyar la adopción en parejas homosexuales sin importar su sexo, echando abajo mitos biologicistas que perpetúan visiones erradas de la sociedad sobre sí misma.