En una especie de re-escenificación de ese momento —involuntario como el original—, un joven estadounidense se quedó atorado en una vagina gigante, de donde tuvo que ser rescatado, casi expulsado, por los grupos de rescate de la ciudad alemana de Tubinga.
El muchacho es un estudiante de intercambio que visitaba la escultura Chacán-Pi (o Hacer el amor) del artista peruano Fernando de la Jara, la cual recrea la forma de la vagina y a su vez, a decir del escultor, es una metáfora de “la puerta del mundo”.
Por alguna razón, el joven quedó preso en la abertura de la pieza, de donde, a pesar de sus intentos, no pudo zafarse. Al final, 22 bomberos tuvieron que acudir al lugar para asistir este “segundo nacimiento” del joven.