Estados Unidos busca desarrollar implantes cerebrales para controlar emociones

José Carmena ha pasado años trabajando en el entrenamiento de macacos para que aprendan a mover cursores y brazos robóticos con la mente. Ahora, como parte de un programa de 70 millones de dólares auspiciado por el ejército estadounidense, Carmena tiene un nuevo objetivo: utilizar implantes cerebrales para leer y controlar las emociones de enfermos mentales.

Esta semana, la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) otorgó dos grandes contratos al Hospital General de Massachusetts y a la Universidad de California para crear implantes cerebrales capaces de tratar siete diferentes padecimientos, entre ellos la adicción, la depresión y los casos de personalidad limítrofe.

El proyecto se basa en expandir el conocimiento acerca de cómo funciona el cerebro, el desarrollo de sistemas microelectrónicos que pueden insertarse en el cuerpo y la evidencia de que los pensamientos y las acciones pueden ser alterados por medio de impulsos eléctricos en el cerebro.

Actualmente, Estados Unidos enfrenta una epidemia de enfermedades mentales entre los veteranos, incluyendo tasas de suicidio tres o cuatro veces mayores que las del público general. Se han hecho grandes esfuerzos para tratar el problema con terapia y medicamentos, pero los resultados han sido limitados. Así, el ejército tiene el pretexto perfecto para empezar a desarrollar dispositivos con evidente potencial terapéutico, pero que también pueden ser una poderosa arma de control.

Estos contratos, los más grandes otorgados como parte de la iniciativa BRAIN del presidente Obama, lanzada por la Casa Blanca el año pasado, darán a la Universidad de California 26 millones y al Mass General 30 millones de dólares. Compañías que incluyen a Medtronic y Cortera Neurotechnologies proveerán tecnología para ayudar a estas investigaciones. Las primeras investigaciones se harán con animales, pero se espera que se estén haciendo pruebas con humanos en unos dos o tres años.  

Así, estas investigaciones están generando un creciente mercado de dispositivos de estimulación cerebral. Más de 110 mil pacientes de Parkinson han recibido ya estimuladores construidos por Medtronic para controlar sus temblores mandando impulsos eléctricos al cerebro. También se han utilizado recientemente estimuladores cerebrales para tratar casos severos de trastorno obsesivo compulsivo. A finales del año pasado, la FDA aprovó el NeuroPace, el primer implante que graba señales del cerebro y lo estimula para tratar la epilepsia. En total, esta es ya una industria de 2.6 billones de dólares al año, y sigue en franco crecimiento.  

Se supone que estos implantes sólo serán utilizados en pacientes que no hayan respondido a terapia o a los medicamentos, pero inmediatamente surgen dudas cuando volteamos a ver los números y nos damos cuenta del potencial tanto económico como militar de estas tecnologías.

© 2017 - pijamasurf.com Todos los derechos reservados