En tiempos como estos, ¿qué significa estar “emocionalmente disponible”? La mayoría de nosotros estamos disminuidos de un lado o de otro, y esto se acentúa cuando los grandes eventos de la vida ocurren (muertes, rompimientos, bodas, cambios). La artista estadounidense Taylor Kinsler explora la repuesta desde un punto de vista hiper-pop y desde un formato que todos conocemos bien: el embotellamiento.
Mientras “embotellar las emociones” es, seguramente, lo peor que le podemos hacer al espíritu, Kinsler juega con la idea de mezclar una pieza de arte conceptual con el empaquetado. “Me interesó la idea de empaquetar algo intangible, y las emociones eran un interés… Comencé a pensar en cómo la gente siempre está emocionalmente drenada”, comenta para el Huffington Post.
Para su pieza, la artista embotelló emociones como amor, miedo, confusión, enojo, excitación y envidia, empatando cada una con un color. El proyecto también incluye un “libro tónico”, una suerte de manual de cocteles para estar "emocionalmente disponible" en distintos momentos de la vida (momentos, por lo demás, bastante gringos): Black Friday, Tráfico de centro comercial, Suéter cursi, Fruitcake de la abuela.
Para lograr los colores y las texturas, Kinsler uso pintura, detergente de lavandería, tinta y diamantina. “Yo diría que la mayoría de los ingredientes fueron escogidos de acuerdo al color y luego añadí ingredientes como semillas de soya a la envidia; semillas de envidia".