¿Has pensado en que alguna tarde, así nomás porque a tu gobernador le apetece, tocan a tu puerta un par de policías y extraen toda la información de tu equipo de cómputo sin orden judicial? ¿O lo que es más sencillo, extraen tu información con el apoyo de hackers “oficiales” que pagas tú con tus impuestos?
¿Te imaginas hoy en día que algún periodista intente enviar notas con fotografías y videos del momento clave en el que algún político está cometiendo un acto ilícito, pero se vea imposibilitado porque las autoridades han obligado al concesionario de Internet a bloquearlo en esa zona?
Pues eso está a punto de suceder y no significa que los mexicanos nos mudemos a China. Es sólo que el gobierno federal, apoyado por la bancada de su partido y el verde ecologista, junto con el Partido Nueva Alianza y quizá el PAN y el PRD, están listos para bloquear nuestras libertades sin ningún miramiento.
En China desarrollaron una red de Internet dentro de su plan llamado "Gran Muralla Electrónica" en la que tienen control absoluto de su contenido, además tiene la colaboración del Consejo Supremo del Ciberespacio, Guardianes de la Revolución y un grupo de trabajo que evalúa y da categorías a los contenidos de grupos criminales.
Podríamos parecernos también un poco a Rusia, en donde el gobierno ejerce control sobre los contenidos que circulan en la red; han bloqueado sitios por atacar al propio gobierno. Hoy en día, sin que la ley se haya aprobado, nuestro flamante gobierno pidió ya a la embajada estadounidense que le exigiera a la concesionaria que hospedaba la página de 1dmx que la diera de baja. Así se las gasta.
En Siria, Turquía, Turkmenistán y Vietnam, las autoridades locales tienen el control de la mayoría de las infraestructuras que permiten la vigilancia de las redes de Internet. A eso aspira nuestro “nuevo” gobierno. Y ahora que tenemos a Venezuela tan presente, tras la violencia que el gobierno ha ejercido con la oposición, parece que Nicolás Maduro le parece un ejemplo atractivo a nuestro presidente, pues su propuesta de ley lo imita al obligar a los proveedores que filtren la información, con el fin de que no se publiquen ciertos contenidos, además han bloqueado diversos sitios.
No contentos con concentrar aún más el mercado de telecomunicaciones, cierran el resto de las ventanas con las que ventilamos aquella información que se queda bloqueada o se maquilla previamente en los espacios hoy concesionados.
Si la reforma constitucional nos pareció un evento para celebrar y los dictámenes del Instituto Federal de Telecomunicaciones habían dado señales de que la competencia en condiciones igualitarias y la libertad de expresión estarían por encima de los intereses privados, nos ha quedado claro que Peña Nieto y quienes apoyan esta propuesta le apuestan justamente a lo contrario.
Votar la ley así es levantar una muralla anacrónica y aislante que amenaza las libertades de los ciudadanos. Sus sueños no son libertarios, sus deseos cierran las puertas de los que piensan distinto, sus iniciativas sujetan por la fuerza lo que no saben sostener con la convicción.
Twitter de la autora: @maiteazuela
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