Banksy, el elusivo graffitero que demostró el potencial expresivo y crítico del arte callejero, parece haber vuelto a la actividad en su natal Reino Unido, luego de una estancia en Nueva York. El día de ayer varios medios difundieron las imágenes de un par de graffitis que, al menos de momento, se han atribuido al hijo rebelde de Bristol.
Justo en dicha ciudad, en una pared en Clement Street, el primero de los graffitis muestra a dos jóvenes que se abrazan y acaso acabaran de darse un beso o están a punto de hacerlo, pero cuya atención está puesta en la brillante pantalla del smartphone que cada uno sostiene a espaldas del otro. Como nota Christopher Hooton en The Independent, esta luz artificial vuelve notablemente fantasmagórica la escena, una sombra de autismo sobre los protagonistas que prefieren revisar por enésima ocasión sus redes sociales a disfrutar del momento que comparten.
Por otro lado, una cabina telefónica en Cheltenham (una ciudad localizada en Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra) apareció rodeada de tres personas de gabardina y sombrero, lentes oscuros y gesto inquisitivo, que con distintos aparatos simulan tomar registro de las conversaciones que podrían ocurrir a través del teléfono público.
En general el estilo de ambos montajes —desde el tipo del graffiti hasta la sátira que transmiten— va en la línea de Banksy, pero en ninguno de los dos casos el artista ha confirmado la autoría.