El abundante mundo de los sonidos es un aderezo exquisito en la vida de una persona. Su íntima relación con imágenes, sentimientos, estados anímicos y otros fenómenos de la psique humana hace de estos estímulos un fiel detonante para desdoblar los confines de la realidad individual.
¿Te imaginas haber nacido sin la posibilidad de escuchar un solo sonido y de pronto enfrentarte a unos buenos tracks de The Smiths, Nirvana o Prince? El sólo concebirlo parece un ejercicio casi imposible para aquellos que 'siempre' escuchamos. Sin embargo, esto es exactamente lo que sucedió a Jo Milne, una inglesa que, debido a un extraño desorden genético llamado síndrome de Usher, jamás había podido escuchar. Gracias a un implante cloquear se pudo consumar su primer encuentro con el sonido, suceso que fue documentado y en el cual Jo se enfrentó a un playlist por un amigo.
En el emotivo video observamos, previo a la sesión musical que tendría Jo, el momento preciso en el que comprueba que puede, por primera vez en su vida, escuchar algo. Y más allá del empático morbo que una situación así pueda generarnos, lo cierto es que también representa un lindo recordatorio para agradecer eso que consideramos por default, la escucha, y que en realidad es un perfecto privilegio.