"Yo ya no estoy involucrado en eso y no puedo discutirlo", dice un hombre de raíz asiática, canoso, con poco más de 60 años, mientras se aleja de unos reporteros y camarógrafos. "Otras personas están encargados de ello. Están a cargo ahora. Yo ya no tengo ninguna conexión"-
Su nombre es Satoshi Nakamoto, y hasta hace unos días era un discreto residente del Valle de San Gabriel, en California. Un artículo de investigación de la revista Newsweek reveló que él podría ser el mítico fundador de una de las revoluciones económicas que aún esperan explotar en nuestros días: la moneda basada en código, Bitcoin.
Aunque durante años se creyó que el nombre "Satoshi Nakamoto" era un alias para un joven programador que quería mantenerse anónimo mientras su idea de criptomoneda cobraba adeptos (y generaba dividendos), la investigación de Newsweek aterrizó en el patio suburbano de Nakamoto, quien no aceptó ser el creador de Bitcoin, pero quien tampoco decidió negar su participación.
El rumor de que "Satoshi Nakamoto" sería un pseudónimo se difundió lentamente debido a un post inicial en P2PFoundation.com, en un pequeño texto que tiene toda la estructura de un manifiesto incendiario contra el crédito y las formas en que los grandes bancos generan riqueza comerciando con la privacidad de los usuarios y cuentahabientes, y especulando arbitrariamente con sus contribuyentes.
Aunque el texto va firmado por Satoshi Nakamoto, las especulaciones sugerían que se trataba de un nom de plume de un talentoso programador, quien ponía de cabeza el sistema de intercambios económicos en línea en un momento en que el mundo experimentaba los estragos de la debacle financiera del año anterior (efectos de los que apenas comenzamos a recuperarnos).
Quien quiera que sea, Satoshi Nakamoto tiene una cuenta en Bitcoin cuyo valor algunos especialistas calculan en unos $400 millones de dólares. Pero Dorian Satoshi Nakamoto, residente de Temple City, rodeado por periodistas de Associated Press y el LA Times sabe que, como quiera que sea, probablemente su vida nunca vuelva a ser "normal".