Sin embargo, el pasado 9 de marzo, la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR), aseguró haber acabado, ahora sí, con la vida de “El Chayo”. Ante la natural sorpresa de medios, como de los ciudadanos, la PGR mostró las pruebas de la muerte del narcotraficante: huellas dactilares en comparación con registros anteriores de la Cartilla del Servicio Militar y la credencial del IFE.
Ante una evidente construcción mediática de la muerte de “El Chayo”, otra más en la cuenta del gobierno de Felipe Calderón, los ciudadanos no somos más que víctimas de la manipulación, el abuso y el engaño del poder político. Ahora las preguntas obligadas son: ¿Acaso fue esto un fabricación total por parte del gobierno de Felipe Calderón y su “guerra” contra el narcotráfico que dejó miles de muertes a lo largo del territorio nacional? ¿Quiénes son los responsables del engaño y de qué manera deben rendir cuentas? ¿A quiénes entonces mataron las fuerzas federales en esa ocasión? y ¿a muerte de “delincuentes” y “civiles” fue acaso resultado de una verdadera acción en contra de le delincuencia organizada? ¿Dónde están los cuerpos y dónde están los responsables de ésta acción a la que refiere el señor Poiré?