Los Legionarios de Cristo piden perdón por los actos de Maciel pero siguen tributando a su sombra

El abuso sexual a menores por parte de sacerdotes católicos comenzó a hacerse cada vez más público a partir de la segunda mitad del siglo pasado, quizá la popularización de los derechos humanos animó a las víctimas a denunciar esta práctica, aún si ésta era perpetuada por un supuesto representante de Dios en la tierra. 

Entre uno de los peores escándalos de la iglesia católica se encuentra el de Marcial Maciel, el fundador de la millonaria compañía “Legionarios de Cristo” una de las más influyentes órdenes católicas en el mundo. En México, su país de nacimiento, la organización se codeó con algunas de las familias más ricas y poderosas del país, y fue encontrando cobijo financiero y fuerza política gracias a esta estrecha relación.

En 1996 tres sacerdotes denunciaron a Maciel ante la Santa Sede por haber sido abusados sexualmente cuando eran niños, y luego se le sumaron otros tres. Después se dio a conocer que el sacerdote llegó a tener 6 hijos, y que incluso a una de ellas llegó a heredarle al menos dos millones de dólares. Maciel fue un gran aliado del Vaticano, solo como un ejemplo, el Papa Juan Pablo II asistió personalmente a la celebración número sesenta del aniversario de su sacerdocio.

Desde el 2006, cuando el Papa Benedicto XVI le pidió renunciar a  cualquier cargo eclesiástico y que se retirara a orar y hacer penitencia, su fundación ha sufrido una profunda crisis (sobre todo también por escándalos en torno a la opulencia que caracteriza al grupo). Sin embargo, han continuado proveyendo de educación a miles de niños en el mundo, incluidos los hijos de un importante sector de la élite mexicana.

En un contexto en el que por primera vez en la historia un organismo internacional como la ONU responsabiliza a la institución de la iglesia como inculpada por el sufrimiento de miles de niños, los Legionarios de Cristo, famosos por comenzar su historia entre la gran mancha de la pederastia, emiten un comunicado en el que se disculpan por los abominables actos cometidos por su fundador.

Entre el documento se menciona su “hondo pesar por el abuso de seminaristas menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado como propios escritos publicados por terceros”.

Sin embargo, la congregación no parece está particularmente dispuesta a eliminar vínculos directos desde sus cargos directivos con su pervertido fundador, pues justo en la víspera en que anunciaron su disculpa pública por los delitos de pederastia, también la organización hizo público que su nuevo director será el mexicano Eduardo Robles Gil, un antiguo colaborador cercano a Marcial Maciel.

La misma organización publicó: “Reconocemos con tristeza la incapacidad inicial de creer los testimonios de las personas que habían sido víctimas del P. Maciel, el largo silencio institucional y, más adelante, los titubeos y errores de juicio a la hora de informar a los miembros de la congregación y a las demás personas”, lo cual sugiere que el nuevo líder de la congregación bien podría haber estado enterado de las actividades de Maciel y no haberlo denunciado.  

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