Una radiografía del Krokodil: origen, antecedentes, precio, efectos y estadísticas alrededor de esta sustancia

La paulatina popularización del consumo de desomorfina, mejor conocida como krokodil, ha puesto en alarma a las autoridades de aquellos países en donde se han registrado casos de su consumo. A continuación presentamos una compilación de datos y particularidades para que estés mejor informado sobre esta 'novedosa' y profundamente destructiva droga.

Nombre: proviene de la palabra en inglés crocodile, en alusión a sus efectos que carcomen o comen la piel. También es conocida como la droga zombie, desomorfina (su nombre más formal), droga caníbal y la heroína de los pobres.

Antecedentes: la desomorfina ya había sido desarrollada como un analgésico en EE.UU. en 1930, llamado dihidrodesoximorfina; pero en 1932 desapareció del mercado por sus propiedades altamente adictivas.

Origen: se dice que comenzó a consumirse por la escasez de la heroína en Rusia, producto de una baja en las cosechas de opio en Afganistán. Su uso comenzó en poblados de Rusia y se extendió a países exsoviéticos como Georgia, Ucrania y Kasajastán. Cabe recalcar que los países soviéticos mantienen una larga tradición en inyección de sustancias derivadas del opio desde antes de la caída del muro.

Costo: Cuesta entre tres y cinco veces menos que la heroína. Su precio estimado es menor a un dólar cuando su preparación es casera.

Componentes: contiene codeína; un alcaloide que se encuentra de forma natural en el opio y también en algunos jarabes de tos. Esta sustancia, se mezcla con químicos tóxicos como el alcohol, el aceite industrial o el tíner.

Nivel de adicción: es la droga con más alto nivel de adicción hasta ahora registrada: con unas cuantas dosis, el usuario se hace dependiente, y en sólo dos meses, comienza a registrar pérdidas de piel y carne, e infecciones severas.

Preparación: puede prepararse en menos de una hora a partir de la codeína, misma que se cocina con disolventes químicos industriales altamente tóxicos y accesibles, como pintura, gasolina, ácido clorhídrico, yodo y fósforo del rascador de las cajas de cerillos.

Efectos en el organismo: sus efectos sensoriales son muy parecidos a los de la heroína, los cuales se prologan aproximadamente durante 40 minutos.

Daños: trombosis y hemorragias, úlceras en la piel, flebitis, gangrena, infecciones de la piel que llegan incluso hasta los huesos, pérdida de miembros como dedos, piernas y brazos; desprendimiento de la piel en zonas de tejido muerto, ulceración de las venas que provoca que éstas sean removidas incluso con músculo y tejidos. Los usuarios más adictos mueren en menos de un año.

Daños sistémicos: neumonía, septicemia, estallamiento de arterias, meningitis, pérdida de dientes, infección de los huesos, cuerpo, estallamiento de oídos, nariz y labios, fallo renal y hepático.

Usuarios en el mundo: existen consumidores en al menos en 50 ciudades de la región de Europa y Asia, sobre todo en Rusia y Ucrania. Se cree que Rusia podría tener hasta un millón de usuarios.

Decomisos: de 2009 a 2011 los decomisos de esta droga se incrementaron en un 2,300%.

Presencia en el mundo: Desde diciembre de 2013 se han registrado algunos casos de atención a pacientes adictos a esta sustancia en hospitales de Estados Unidos y México.

Desintoxicación: es de las más dolorosas; mientras la "limpieza" de heroína del organismo se prolonga aproximadamente por diez días, la del krokodil conlleva más de un mes de un proceso particularmente doloroso.

Curiosidades: según la DEA (Administración para el Control de las Drogas en Estados Unidos), no han encontrado evidencia física de esta droga, por lo que hasta hace poco en EE.UU. era considerada una leyenda urbana.

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