Uno de los casos más sonados últimamente es el del morelense Edgar Tamayo Arias de 47 años, quien será ejecutado el próximo 22 de enero, después de haber permanecido preso por 26 años. Este mexicano nacido en el estado de Morelos, en el municipio de Miacatlán en 1967, es parte de una familia típica mexicana de recursos limitados; sus padres son Héctor Tamayo Pedroza, de 70 años, e Isabel Arias Corona, de 66; tiene cuatro hermanos, dos viven en Estados Unidos y dos en México.
Cuando tenía dieciocho años, como millones de historias parecidas, viajó a Estados Unidos en búsqueda de trabajo. Pero su vida se oscureció en 1994 cuando al salir de una boda conoció a un sujeto que robó algunas pertenencias, tras llegar la policía, ambos fueron aprehendidos. En el transcurso de la patrulla, el oficial a cargo, Guy Gaddis, decidió parar por unos momentos, pero al regresar fue recibido por impactos de bala.
A pesar de que el arma se encontraba en el asiento trasero donde estaba sentado Tamayo, nunca fueron encontradas sus huellas digitales en el instrumento, además de que sus manos estaban esposadas. A pesar de esto, ha permanecido 20 años en prisión, y recientemente fue confirmada su ejecución para este 22 de enero.
Organizaciones como Amnistía Internacional han presionado al gobierno estadounidense, pues su proceso legal mantuvo irregularidades; como el hecho de que nunca recibiera atención consular, un derecho básico en este tipo de casos para extranjeros. Amnistía ha recabado más de 17 mil firmas para que sea reconsiderado el caso, pero esto no ha sucedido.
Cabe recalcar que hoy existen al menos 61 mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos, además, en las últimas 8 ejecuciones, al menos la mitad presentaron violaciones procesales.