Los animales nunca han sido ajenos a los conflictos militares del hombre: basta recordar el ejército de elefantes que Aníbal transportó a través de los Alpes italianos para tratar de tomar Roma, o en fechas más recientes, los servicios que las palomas mensajeras tuvieron en los cielos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la paranoia y el nacionalismo exacerbado pueden provocar que la gente vea enemigos donde no los hay; incluso si esos enemigos no son humanos.
[caption id="attachment_69330" align="alignleft" width="248"]Egipto atraviesa en estos momentos una crisis paranoica; luego de la caída de la Hermandad Musulmana, todos parecen ser enemigos. En enero de este año, la marioneta Abla Fahita tuvo que hacer una declaración en cadena nacional para negar que su aparición en un comercial de televisión en realidad fuera un mensaje en clave para la Hermandad Musulmana.
"Tan estúpido como es, es muy revelador", según Ziad Akl, analista político del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos. "Dice mucho del frenesí patriótico en el que estamos. Existe definitivamente un sentimiento de nacionalismo fascista donde o estás a favor o te enfrentas a ser tildado de traidor."
Hace unos días, una paloma mensajera fue atrapada en otra ciudad egipcia, Qalyubia, con un mensaje atado en una de sus extremidades inferiores y un microfilme en la otra. La paloma fue presentada a las autoridades; el mensaje escrito decía "Islam Egipto", pero el contenido del microfilme no fue revelado.
Los incidentes de supuestos animales espías se multiplicaron desde agosto pasado, cuando una cigüeña fue capturada al sur del Nilo por un pescador, que notó un curioso dispositivo entre las plumas del ave. El dispositivo resultó ser de procedencia francesa y sirvió para tomar datos de las migraciones de cigüeñas en territorio francés, por lo que el aparato habría dejado de funcionar al atravesar las fronteras francesas.
Un dispositivo similar fue hallado en un buitre por un cazador en una zona rural de Sudán hace más de un año. Las autoridades del país árabe declararon que el ave tenía un dispositivo de geolocalización y equipo de transmisión de imágenes vía satélite, que utilizaba energía solar para mantenerse funcionando; además, atada a una de sus piernas, se leía "Universidad Hebrea, Jerusalén", y "Servicios Naturales de Israel", lo que llevó a las autoridades de Sudán a pensar que el buitre era un espía de las fuerzas de inteligencia israelíes, Mossad.
Incluso ataques de tiburones en el Mar Rojo han sido reportados como parte de un supuesto "complot israelí para afectar el turismo en Egipto". El 2 de diciembre del 2010 fue capturado un "tiburón asesino" (cita textual) que atacó a tres turistas en el hotel de Sharm el-Sheikh y que fue identificado por un buzo local debido a una herida en la aleta.
El tiburón, según las autoridades del sur del Sinaí, pudo ser atraído por los barcos que transportaban carne para la fiesta islámica de Eid al-Adha, mucha de la cual fue tirada por la borda; otra explicación no descartada es una conspiración del Mossad.
La declaración de Mohamed Abdel Fadil Shousha, gobernador del Sur del Sinaí, podría ser tomada como una broma de mal gusto o como una auténtica postura de los países árabes frente a Israel, en tiempos de incertidumbre y guerra sucia: "Lo que se dice del Mossad lanzando al tiburón mortífero (al mar) para atacar el turismo en Egipto no ha sido descartado, pero necesitamos tiempo para confirmarlo".