En un ejemplar y poco usual acto de honradez, Gerardo Gamboa, conductor de un taxi en Las Vegas, Nevada, regresó una importante suma de dinero al pasajero que, increíblemente, la olvidó. Aparentemente, tras una larga noche sumergido en un casino de esta ciudad, el descuidado personaje tomó un taxi para ir a su hotel.
Poco después de dejar a su pasajero, y recibir una propina de cinco dólares, Gamboa se dirigió a otro servicio. Al llegar al Hotel Bellagio, personal del hotel halló una bolsa, presuntamente con chocolates que entregó al conductor, quien unos metros adelante notó que la bolsa contenía 300 mil dólares. Ante su sorpresa, llamó a su central para reportar el olvido. Tras localizar al pasajero, se le devolvió su dinero.
El afortunado despistado prometió recompensar a Gamboa, mientras que la central de taxis donde labora el conductor lo premió con mil dólares y una cena. Pero independientemente de los beneficios que su honradez le vaya a generar, lo cierto es que este señor pasó una prueba de fuego que muchos, lamentablemente, reprobaríamos.