Por si fuera poco, debido a la irrisoria investigación criminal, expertos calculan que 60% de los delitos de alto impacto, son cometidos por 5% de los criminales, mismos, que generalmente están libres. En este contexto, las injusticias son innumerables. Documentales como Presunto Culpable demuestran la dinámica de los Ministerios Públicos, en donde es común que la policía judicial inculpe inocentes para simular que cumplieron con su trabajo. Además, la justicia en México se presta a privilegiar criterios políticos sobre los estrictamente judiciales, en parte, tal vez, porque los titulares de las Procuradurías son elegidos directamente por el ejecutivo.
Un caso que ha generado indignación en las redes sociales es el de Yakiri Rubí Rubio Aupart, de veinte años y quien aparentemente fue secuestrada y violada. Según sus familiares, cuando intentó defenderse, hirió a su agresor con el mismo cuchillo con el que éste intentaba asesinarla. Tras escapar, buscó ayuda de la policía, ésta capturó a uno de sus secuestradores, que, a su vez, acusó a Yakiri del asesinato de su hermano (el otro agresor que había quedado herido). Ahora ella cumple un auto de formal prisión, a pesar de las fotografías y exámenes que acreditan las heridas que sufrió la joven durante el ataque.
Ante la decisión de este martes del juzgado 58, el padre de Yakiri denunció en el diario español, El País, las múltiples irregularidades y mentiras de las autoridades, durante un proceso violatorio que impidió la comunicación entre ellos (padres e hija). Su padre también elaboró una petición en Change.org para pedir al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, la liberación de su hija: hasta hoy han recabado al menos nueve mil firmas.
En México la justicia es selectiva, aparentemente sólo los casos de injusticia que logran mediatizarse reciben atención de las autoridades, y en muchas ocasiones ni siquiera así se logra justicia. Y si bien no tenemos garantía de qué es lo que haya realmente sucedido en este o en muchos otros casos, también es cierto que los antecedentes hacen del sistema judicial mexicano un órgano poco fiable y la simple posibilidad de que esta joven sea inocente obliga a exigir una revisión minuciosa del caso.