Los humanos somos parte de la cadena alimenticia, aunque a veces parece que lo olvidemos. Los siguientes infográficos muestran los niveles tróficos (conjuntos de especies o de organismos de un ecosistema que coinciden por el lugar que ocupan en el flujo de energía y nutrientes) del ser humano. Al parecer nuestros hábitos de consumo han variado muchísimo en los últimos cincuenta años. Los datos fueron publicados en La Academia Nacional de Ciencias, que también documentó a un mundo cada vez más hambriento de carne.
Para explicarlo mejor: los niveles tróficos cubren el espectro de los hábitos alimenticios, de herbívoros a los predadores más carnívoros. Un nivel trófico de 1 significa que eres una planta o un plancton, un nivel de 2 significa que te alimentas del nivel 1. Un nivel de 2.5 significa una dieta mezclada de plantas y comedores de plantas, y un nivel trófico de 5.5 (el más alto) significa que eres algo así como un oso polar. Los humanos estamos entre el nivel 2 y el 2.6, lo cual significa que ocupamos el mismo lugar en la cadena que los puercos y las anchoas.
Así, contrario a lo que muchos piensan, no somos el depredador número 1 del mundo. Lo que los mapas muestran es la historia de consumo de energía a través de nuestras bocas por los últimos 49 años. Un nivel trófico más alto significa que estamos agotando más recursos naturales, y subsistiendo de comida que, para hacerse, requiere la mayor energía de la cadena alimenticia.
En suma, el nivel trófico mediano ha crecido 3% durante los últimos cincuenta años, y la mayoría de ese crecimiento viene de India y China, mientras poblaciones de Norte América, Europa, Australia y Nueva Zelanda, que llevaban la delantera en los resultados de 1961, han declinado en cuanto a niveles tróficos. Debido también a la conciencia de los riesgos cardiovasculares por consumir demasiada carne, los niveles de Estados Unidos han declinado también. Pero al parecer el mundo aún no pone suficiente energía en cultivar vegetales.