Ante esta situación, en sus días libres, esta economista comenzó a enseñar a mujeres que quisieran hacer de la bici su medio de transporte, lo anterior, motivada por la sensación de libertad y autonomía que le da recorrer distancias en su bicicleta; su labor se ha enfocado en hacer que más personas puedan disfrutar de estas mismas sensaciones, que afortunadamente enriquecen la experiencia cotidiana, y que, además, permiten que el flujo de la ciudad sea más dinámico y disminuyan los niveles de contaminantes.
Hoy, Laura participa en Insolentes, un grupo de mujeres que enseña a otras a usar la bici e incluso a hacerlo en vestido y tacones, pues, aunque sea ridículo, todavía hay empleos que demandan que la ropa que se use sea estrictamente formal. No obstante, siendo esto una realidad, estas mujeres sacan provecho de la situación y encuentran un enfoque simpático; se puede y además, dicen: “Nos acompañan un par de buenas piernas y la coquetería; así, nos ves y volteas”.
Probablemente entre las aportaciones más importantes de Bustos Endoqui en sus dos proyectos, Te Enseño a Andar en Bici: Muévase usted misma. e Insolentes, es su trazo de rutas; ella y otras mujeres, están creando vías inteligentes para recorrer la ciudad, acortar los tiempos y mejorar los recorridos, ubicando centros estudiantiles y zonas residenciales por ejemplo, o creando estrategias de movilidad factibles, que animen a más personas a que usen la bicicleta, sobre todo aquellas que tienen miedo a la peligrosidad de la ciudad y sus automovilistas. A fin de cuentas nadie dijo que las grandes ciudades no fueran una selva, pero incluso éstas pueden ser explotadas en el mejor sentido de la palabra, mientras, a la par, se crea una cultura de respeto al peatón y al ciclista.