Muertos y vivos bailan indistintamente en la noche más obscura

Para celebrar esta noche de brujas hablaremos un poco de la primer temporada apodada Murder House por los fans, de la serie televisiva American Horror Story transmitida por FX Networks. Producida e ideada por Ryan Murphy y Brad Falchuk, el dúo dinámico que sorprendió a la audiencia televisiva con su colorida serie musical Glee en el año 2009.    

Es que la arriesgada mezcla de géneros que en cine de manera clásica es considerada un error, en la televisión resulta un artilugio formidable para adentrar en espiral al espectador por los obscuros recovecos dramáticos malditos  de la gran mansión, donde se suceden los 12 capítulos bajo los grandes techos. Una espiral descendente que nos llevará al nacimiento del anticristo. Así se mantiene el estira y afloja de la trama, plagada de subtramas, y falsas tramas, que nos mantienen interesados por los extrañísimos sucesos, que se van volviendo increíblemente verosímiles de la forma más absurda. 

De verdad que platicar el final nada tiene que ver con echar a perder la serie, no es un spoiler, este es un suceso más que viene de la nada, completamente injustificado cual obra surrealista, ó sueño para grandes masas. Se torna un último adorno más del churrigueresco edificio californiano gótico, de dimensiones de capilla negra. Eso si con glamour extremo siempre presente, destilándose por casi todos sus elementos, esto parece provenir del creador de la grotesca, llena de botox y entallada, Nip / Tuck (2003-2010), Ryan Murphy.    

Papá es un psicoanalista con look de modelo, Ben Harmon (Dylan McDermott), su esposa una ultra sensual pelirroja, con simpáticas pecas bajo su escote y sureños risos sobre naranja cabellera, Vivien Harmon (Connie Britton) y su hija, como salida de un cuadro de Modigliani, la  preadolescente Violet (Taissa Farmiga). Hay que advertir que la vecina es interpretada por Jessica Lange, y que no solo puede ver a los fantasmas que pululan, sino que convive con ellos de graciosa manera, en muchas ocasiones sin que nos demos cuenta de que están muertos. La familia se muda a la mansión junto con todo el dolor que portan en la causa de estar ahí, Vivien perdió a un hijo y sorprendió a Ben engañándola en un periodo corto de tiempo, ahora lo están intentando una vez más cambiando de aires. 

Vivien no tiene relaciones sexuales con su marido desde hace meses, y ahora inicia una nueva serie de coitos con una figura vestida con brillante vinyl negro de pies a cabeza, en uno de esos trajes fetichistas de venta en algunos sex shops. No lo puede ver, e imagina que es su marido, ¿de verdad no sabe que se trata de otro hombre? De escenas sadomasoquistamente anarquistas, podemos brincar a través de un corte brusco, a momentos de  “Highschool Comedy”, y de regreso a una escena seria, demasiado melodramática para no confundirla con una soap opera norteamericana, viene a la mente los criss cross de As the World Turns por ejemplo. Recordando que el pasado está cargado de asesinatos poseídos, el presente es lo más terrible en el engaño, y el deceso de una gran  ilusión que empaña un futuro cada vez más lejano. 

Tate Langdon (Evan Peters) es un adolescente que se analiza con Ben y sin que este último lo sepa, inicia una relación con su hija Violet. Hasta que ella descubre que realmente Tate esta muerto, y recibe la explicación del personaje de Lange. Ella le dice a la joven soñadora “Eres inteligente chica, ¿cómo pensaste que solo hay una realidad que puedes ver?”. Y es que Tate no solo esta muerto, sino que fue asesinado por la policía después de su huida, resultado del múltiple asesinato de sus compañeros en la secundaria local hace ya más de una década. Así que su atuendo “Grunge”, no era vintage. Esta noción de distintas realidades circundándose, hace a American Horror History destacarse, brindando una estructura distinta al engranaje de entretenimiento sucediéndose en la televisión.

La audiencia despierta gracias a los numerosos géneros fílmicos, sucediéndose en distintas realidades,  a lo que podría ser su realidad diseñada por sí mismos. Esto podría pasar en una estructura familiar independiente del sistema por lo menos en algunos rasgos, o en parejas,  o hasta en grupos de amigos. Fuera del consenso mundial, ahora digital entrelazado por el internet, que sigue siendo un arma de dos filos. La cebolla tiene varias capas y es importante elegir la más fresca.    

Una puesta en escena desmedida llama la atención con momentos inolvidables como los de Vivien embarazada que come cerebro de puerco crudo a cuadros para ayudar a su cría, aconsejada por harpías cercanas de la misma maldición, la sospecha de que es la bestia flota en el inmundo aire. Ben es tentado por el ama de llaves que en su visión es la mujer más atractiva, curiosamente también pelirroja en un tono más fuerte, pero en la visión de los demás se muestra como una vieja lista para al tumba. Cuando su hija reconoce esta situación entre ellos, a su padre coqueteando con una anciana, el malestar es profundo para toda al audiencia ante espectral contraste físico.    

 

Estructura de constantes flashbacks a numerosos asesinatos que se han cometido en la gran casa, se suceden casi en cada capítulo, estructurando la trama principal con puentes hacía el pasado, constantes trampolines de subtramas. 

Hay dos capítulos que en conjunto hacen una película en si mismos, son directamente de tema de Halloween, suceden en está fecha dentro de la ficción, y son especialmente sangrientos. Como una versión cursi de Morticia y Drácula, Ben y Vivien disfrazados, discuten en la recamara bajo la cámara en mano y el zoom riguroso, sobre las llamadas registradas con la chica con la que él sostenía un romance. Mientras una niña con capacidades distintas es atropellada al querer convivir con otras niñas que piden Halloween, habilitada por el anonimato que le brinda la mascara de su disfraz, es atropellada por un auto. Problemas con el embarazo llevan al hospital a Vivien, la enfermera recibe el mal al atenderla. Violet, es abandonada en la noche más obscura, donde la convivencia con los muertos es tan casual, como si de un picnic se tratase.     

Twitter del autor: @psicanzuelo  

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