La mudanza como un ritual


Me he mudado aproximadamente 21 veces a lo largo de mis 34 años. Es una actividad con la que me he encariñado a lo largo de mi vida. La disfruto como ritual y la vivo como terapia.

Cuando te mudas, no solo te mudas de casa, reinicias –empiezas de nuevo en un espacio vacío que no te conoce. Todo es posible, las estructuras se flexibilizan, puedes ser quién tú quieras. Tienes la oportunidad de empezar de cero.

Antes de llegar a un nuevo espacio tienes que haber dejado otro.  Tuviste que pasar tiempo reencontrando, seleccionando, tirando, metiendo en cajas, procesando los fantasmas que fuiste dejando en él a lo largo de tu residencia. Pudiste re-encontrarte con la historia vivida en él, quizá entendiendo un poco más de donde vienes. El espacio que habitas es una entidad que se une a tu ser, se vuelve reflejo de tu esencia presente; va absorbiendo emociones, experiencias, olores, va guardando registro... Es escenario de tus  momentos más íntimos –probablemente la entidad que más honestamente te conoce.

Es importante cerrar bien los ciclos, despedirte de los recuerdos, tomar conciencia de los fantasmas que estás dejando atrás y de los que decides seguir cargando contigo. Es necesario desempolvar, limpiar, observar y escoger únicamente lo que crees que te va a ser útil en tu próxima etapa –no sólo eres el creador también eres el editor de tu realidad. Es un proceso intenso que afecta todos los niveles de tu ser, que reconfigura tu realidad desde lo más básico. Es importante agradecer al techo que te cobijó, rendirle tributo al papel que jugaron esas cuatro paredes en el hecho de que hoy eres quién eres, listo para ocupar un nuevo espacio.

Dice un proverbio español “No hay mudanza que pueda bien hacerse sin dosis buena de templanza.”

Te estás mudando todo tú –mente, cuerpo, espíritu y pertenencias. Es un terapia intensa y profunda, se establece un dialogo abierto con todos tus yos en diferentes tiempos y dimensiones. Palpas todo lo que has ido acumulando y decides que sigue contigo y que quieres quemar. Es ritual, es alquimia –estás preparándote para empezar un nuevo ciclo con nuevos elementos. 

Y una vez transmutado te encuentras listo para llegar a las cuatro paredes que a partir de ahora te permitirán empezar a acumular vida otra vez. Construirás y verás la vida desde un nuevo escenario, experimentarás con nuevos caminos, vecinos, sensaciones y olores. Empiezas de cero, de ti depende como se irán acomodando los elementos.   

Es magia pura ­–deberíamos de jugar a mudarnos*

 Twitter de la autora: @ellemiroir 

 

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