Ese parece ser el caso de Cristina Peri Rossi, escritora de nacionalidad uruguaya y ascendencia genovesa que fue amiga de Cortázar y de la última de sus esposas, Carol Dunlop, quien murió un par de años antes que el narrador. Peri Rossi recién ha publicado una biografía en la cual, entre otras revelaciones, ha provocada cierta polémica por afirmar que Cortázar murió de SIDA, y no de leucemia, como se ha dicho hasta ahora.
"Seguro, estoy segura... fue de SIDA", declaró Peri Rossi. "Sus médicos hablaron de un virus desconocido ―y no cáncer― que le restó fuerzas. Luego, ¿cuál es la diferencia entre decir que lo mató un virus desconocido a afirmar que fue SIDA?"
La escritora supone que Cortázar se contagió de VIH en 1984, a causa de una transfusión de sangre recibida en un hospital del sur de Francia, un escándalo médico de la época que afectó a muchísimas personas y que entonces “costó la carrera de un ministro de salud francés”.
“En sí, para los muertos, no cambia nada. Muertos están. Pero lo grave es que murieron antes de tiempo. Los dos eran personas jóvenes, sanas, que podrían haber vivido mucho más tiempo si una negligencia brutal con las transfusiones no hubiera desatado todo”, concluyó Peri Rossi.