Dentro de las distintas tradiciones religiosas del mundo, la comunidades de judíos ortodoxos son de las que inciden más directamente en los estilos de vida de sus adeptos. Para estas comunidades el código de vestimenta es un requisito indispensable, al igual que ciertas concepciones generales sobre la vida, como que las actividades de entretenimiento son una pérdida de tiempo. Pero Meir, de 34 años, es una curiosa excepción.
Meir creció en una familia secular y su única religión desde los 12 años fueron las olas. A los 21 hizo un viaje alrededor del mundo para surfear, y fue así como conoció a su esposa Nava (antes Melanie) en las Filipinas. Ambos se mudaron a Jerusalén y junto a sus seis hijos siguen una curiosa forma de vida que mezcla el estudio de la tradición judía con su pasión por el surf.
Según Meir, su fe religiosa ha mejorado sus aptitudes para el surf: "Desde que me convertí en 'Baal Teshuva' (nuevo religioso), mi surf ha mejorado notablemente. Se ha vuelto mejor que nunca. Surfear en el mar abierto agudiza mis pensamientos, me relaja y mejora mi coordinación."
El escritor y surfer Gai Shtienberg documentó la vida de Meir y su familia durante seis meses. Sobre Meir, afirma: "Es una creatura poco común tanto en su grupo de estudios religiosos como con sus amigos surfers. Sin embargo, ambos grupos lo aceptan con amor."