El 7 abril el diario mexicano Reforma reveló que la unidad de transparencia de la PGR negó una solicitud de información del periódico que solicitaba datos sobre el número de cárteles (grupos dedicados al narcotráfico) que operan en el país, la estructura de cada uno y sus zonas de influencia. La respuesta negativa a dicha solicitud de información incluyó lo siguiente:
"(…) dicho documento, al contener información respecto de personas, ubicaciones y datos de averiguaciones previas,(…) representa un riesgo eminentemente para la seguridad de las personas que en ellas se mencionan, ya que las diferentes organizaciones delictivas pueden obtener datos que pueden ser utilizados en su contra, poniendo en riesgo su integridad física, incluso su vida".
El tema de la información reservada suele ser muy polémico, sobre todo por la ambigüedad de sus lineamientos. Por ejemplo, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en su artículo 13, señala que se considera información reservada aquella que: “comprometa la seguridad nacional, la seguridad pública o la defensa nacional, menoscabe la conducción de las negociaciones o de las relaciones internacionales, dañe la estabilidad financiera, económica o monetaria del país. Ponga en riesgo la vida, seguridad o salud de cualquier persona. Cause un serio perjuicio a las actividades de verificación del cumplimiento de las leyes, prevención o persecución de los delitos, etc.”
Sin embargo, esta ley también dice en su artículo 14 que “No podrá invocarse el carácter de reservado cuando se trate de la investigación de violaciones graves de derechos fundamentales o delitos de lesa humanidad”. Argumento al que bien cualquier persona o los periodistas podrían recurrir.
El argumento de la negativa del gobierno es que los cárteles mismos pueden usar esa información para atacarse. Si las viejas mafias se enteran como resultado de investigaciones oficiales del nacimiento de nuevos contrincantes, y pueden además conocer su ubicación, esto sería contraproducente para lograr el clima de paz que se pretende. Sin embargo, negar todo tipo de información relativa al narcotráfico nos convierte a los ciudadanos y a los medios de comunicación en meros espectadores de los rumores sobre una realidad sufrida por muchos mexicanos, careciendo del acceso a una versión oficial con la cual hacer comparaciones o como simple referencia.
Resulta complicado saber hasta dónde es necesaria la reserva de información con fines estratégicos, aunque también es contraproducente un ocultamiento generalizado de información respecto al crimen que contravenga nuestros derechos. Nos encontramos ante una discusión compleja y por demás relevante. No deberíamos tampoco, después de significativas luchas sociales, regresar a decisiones arbitrarias características del estilo de un viejo PRI.
Twitter del autor: @anapauladelatd