Como si se tratara de un apocalipsis simulado por la naturaleza, ayer apareció en Australia una monumental tormenta de polvo que, a pesar de ser un fenómeno ya conocido por muchos de sus habitantes, la magnitud de esta edición no dejó de azorar aún a aquellos particularmente familiarizados con estos espectáculos.
Foto: Brett Martin
El impresionante desfile de micropartículas coordinadas alrededor de un escalofriante manto que envolvió la ciudad de Onslow, ubicada frente al Océano Índico, al noroeste del país, desató un casos rojizo que, paradójicamente, se presenta como un fenómeno de memorable estetica en las fotografías que hoy circulan en la Red.