La investigación involucró a 92 jóvenes de entre 16 y 20 años en un periodo de 18 meses, divididos en dos grupos dependiendo de la sustancia que acostumbraban consumir ya desde antes del estudio: alcohol o marihuana, la cual continuaron utilizando el tiempo que duró la investigación.
De acuerdo con Susan Tapert, neurocientífica de la mencionada institución universitaria, el escaneo del cerebro de los jóvenes reveló que aquellos que bebían 5 o más tragos al menos 2 veces por semana mostraron una salud disminuida de su tejido cerebral, sobre todo en lo que respecta a la memoria, la atención y la toma de decisiones, las habilidades en las que se observó mayor deterioro.
Curiosamente, este fenómeno no se repitió en los consumidores habituales de marihuana (consumo de 9 o más veces por semana), en quienes el tejido cerebral no presentaba daño de ningún tipo, si bien los investigadores no examinaron el rendimientos de los adolescentes.
Joanna Jacobus, otra de las autoras del estudio, el daño se debe sobre todo a que la llamada “materia blanca” del tejido cerebral, que toma parte en la capacidad de decisión, se desarrolla en la adolescencia, cuando una persona se encuentra en sus 20.
“Esto se convierte en un ciclo. Si los adolescentes disminuyen su tejido cerebral y la habilidad cognitiva de inhibirse a sí mismo, es más probable que se involucren en comportamientos de riesgo como el uso excesivo de sustancias”, agregó Jacobus.