Cabildeo de Monsanto en California impide ley que hacía obligatorio etiquetar comida genéticamente modificada

Las pasadas elecciones en Estados Unidos, además de traer la buena nueva de la legalización de la marihuana en Washington y Colorado, pudieron también haber pasado una importante ley de transparencia alimenticia en la que se hacía obligatorio etiquetar productos que contienen ingredientes genéticamente modificados. La propuesta 37 fue rechazada por un 53% de los californianos, dando al traste (por ahora) el esfuerzo de los productores orgánicos.

Una encuesta de la cadena ABC reveló que el 93% de los estadounidenses quiere saber si sus alimentos han sido genéticamente modifciados. Increíblemente, en California, un estado generalmente libral, votaron solamente el 47% a favor. Esta aparente contradicción se explica solamente por el esfuerzo propagandístico de la campaña "No on 37", encabezada por Monstanto, la más grande compañía de alimentos genéticamente modificados del mundo. Monsanto y sus secuaces gastaron más de 46 millones de dólares para contrarrestar el momentum de esta ley; esta cantidad fue potenciada, según revela el sitio Alternet, por información engañosa, y hasta ilegal.

 1) Monsanto incluyó el logo del FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos) en sus  mensajes de correo y uso una cita del FDA. Este departamento gubernamental no puede por ley expresar una opinión sobre una propuesta electoral.

2) Monsanto usó el logo de Stanford en anuncios de TV y por correo, pese a que esta prestigiosa universidad no emitió opinión sobre el tema. Dijeron que su experto Henry I. Miller era un profesor de Stanford, cuando esta personan trabaja en el Instituto Hoover --que solo renta  espacio en el campus.

3) Pagaron a una compañía de Relaciones Públicas para que realizara un estudio de mercado diseñado para mostrar que la propuesta alzaría los precios en los alimentos en cientos de dólares al año para los residentes. Esto pese a que análisis económico independiente no mostró que las alzas fueran significativas y que en el caso de algunos países europeos donde se han implementado leyes similares no se han producido aumentos en los precios. 

4) En su propaganda se dijo reiteradamente que no se habían documentado efectos nocivos para la salud por el consumo de alimentos genéticamente modificados. Esto puede ser refutado en numerosos casos, uno de ellos el del triptofano, el cual podría haber causado hasta 37 muertes y 1500 deshabilitados.

5) Se argumento que la Propuesta 37 servía intereses especiales, favoreciendo a ciertos productores de una élite orgánica. Las exenciones del programa fueron modeladas conforme a lo que ocurre en la Unión Europea.

Monsanto ha sido expuesto numerosas veces, particularmente en el documental The Corporation, por sus nefandas y taimadas prácticas para burlar la ley y seguir apilando enormes fortunas con poca o nula consideración por la salud de los consumidores. No sería raro que lo haya vuelto a hacer en California. Y si bien el argumento de que algunos alimentos genéticamente modificados no son dañinos y representan una posibilidad de asistencia social es válido, aún mayor valor existe en otorgar a la población la información necesaria para que pueda decidir qué alimentos consume, qué agentes permite en su cuerpo.

[Alternet]

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