En este poético video que sirve como manifiesto del grupo new age AUJIK un guía narra un viaje a través de un bosque sintético en el que se ejecuta una obra de animación mecánica. Según el guía todas las cosas, artificiales o sintéticas, son tan sagradas como las plantas y las piedras.
Dicen los tecno-niños de Ajui: "creíamos que las cosas se podían desarrollar solas" una bicicleta, por ejemplo "que un chícharo podía convertirse en una pelota y luego en un planeta" .
"Todas las cosas están animadas y deben de atravesar una metamorfosis"
Los AUJIK comparten la creencia de los Shinto de que la naturaleza entera está animada. La diferencia yace en que para los AUJIK las transformaciones de la materia de la ciencia y la tecnología son igualmente sagradas, partiendo de la misma matriz planetaria.
Aparentemente el monje Hideaki, en el siglo 18, al ver un muñeco Karakuri (un robot mecánico hecho de madera) dijo que en el futuro se crearán personajes mecánicos que serán superiores a nuestra propia inteligencia y que nos someteremos a ellos como si fueran dioses.
Quizás los AUJIK podrían apreciar la siguiente frase de Sir Thomas Browne, el escritor británico que se acercó a la alqumia vía el cristianismo:
Ahora bien, la naturaleza no es una desviación del arte ni el arte de la naturaleza, pues ambos son solo los sirvientes de la providencia: el arte es el perfeccionamiento de la naturaleza; si el mundo estuviera como estuvo en el sexto día de la creación, aun habría un caos: la naturaleza ha producido un mundo y el arte otro. En resumen, todas las cosas son artificiales, pues la naturaleza es el arte de Dios