La religión y la ciencia son dos campos de pensamiento que, por sus fundamentos, parecen irreconciliables entre sí, contradictorios cuando los planteamientos de cada uno se enfrentan.
De ahí que, de algún modo, siempre sea interesante conocer los puntos de vista con que destacados representantes de cada campo ven al opuesto. Religiosos que emiten su opinión sobre la ciencia, científicos que piensas con sus propios criterios a la religión.
En este sentido, hace tiempo se subastó un documento sumamente elocuente que ofrece un atisbo a lo que uno de los científicos más grandes de todos los tiempos, Albert Einstein, pensaba sobre Dios y otros asuntos religiosos.
La que se ha empezado a conocer ya como la “carta de Dios”, es una misiva que el físico escribió en su natal alemán en enero de 1954 (un año antes de morir), dirigida al filósofo judío Eric Gutkind en respuesta a Choose Life: The Biblical Call to Revolt (Elige la vida: el llamado bíblico a la subversión), un libro que este último publicó un par de años antes.
La palabra Dios no es para mí nada más que la expresión y producto de la debilidad humana, la Biblia una colección de honorables pero aun así primitivas leyendas que sin embargo son bastante infantiles. Ninguna interpretación, no importa cuán sutil sea, puede (para mí) cambiar esto. […] Para mí la religión judía, como todas las otras religiones, es una encarnación de las supersticiones más infantiles.
Esto escribe Einstein en la parte más sustanciosa del documento cuya subasta abrió en eBay en 3 millones de dólares. Antes, en 2008, la casa londinense Bloomsbury la vendió en tan solo 404 mil dólares, e incluso Richard Dawkins estuvo entre los asistentes que pujaron por el documento.
Y si bien varios investigadores consideran que la “carta de Dios” posee poco valor biográfico en torno Einstein, pues se asegura que revelaciones como esa fueran hechas en otros lugares de su obra y en algunos casos incluso con más detalle, tal vez lo que importa sea el valor simbólico de la misma.
[CNN]