Existen libros cuyas palabras resuenan en nuestra mente durante años. En mi caso el Hagakure ha probado ser uno de estos acompañantes que con paciencia observan nuestro actuar cotidiano para intervenir, de manera sutil y precisa, cuando nuestra confusión lo amerita. Esto a pesar de que pasan los años y me mantengo fiel a errar, pero esa es otra historia.
También conocido como ‘El Camino del Samurai’, el Hagakure (literalmente ‘hojas ocultas’ u ‘oculto por las hojas’) es una especie de guía para vivir en resonancia con la impecabilidad del guerrero. Básicamente se trata de una compilación de reflexiones vertidas por el maestro samurai Yamamoto Tsunemoto (1659-1719), en torno al Bushido, código que regía la vida práctica y espiritual de este aguerrido linaje.
El libro saltó a la cultura pop gracias a que el genial Jim Jarmusch lo retomó como inspiración para escribir el guión de su película Ghost Dog (1999). En este filme, el protagonista es un asesino a sueldo cuyo sobrepeso y condición étnica (es un neoyorquino afroamericano) no le impiden regirse cabalmente bajo el Camino del Samurai, y darnos lecciones de destreza, honor, y determinación. Y gracias al buen Jarmusch, millones de personas pudimos, además de disfrutar su memorable película, introducirnos a la resplandeciente sagacidad del Bushido.
Entre lo marcial y lo místico, fusionando la tajante disciplina de un guerrero con la sobria templanza de aquel que observa su propia respiración, el Hagakure nos sugiere una filosofía de vida implacable, tenaz y siempre al borde de lo épico. Su esencia no admite titubeos: “Incluso si fuese súbitamente decapitado, debería de ser capaz de realizar con destreza una última acción” reza Tsunemoto.
En lo personal leer el Hagakure, recurrir a él con frecuencia, me ha resultado un ejercicio inquietante. Y es que si bien te comparte valiosas lecciones, a la vez me recuerda lo lejos que estoy de llevar una vida impecable –que en el caso de este libro se promueve como una filosofía de vida y que, por cierto, remite a las decenas de ocasiones en que el brujo yaqui Don Juan Matus utilizaba este término para describir la actitud del guerrero.
Independientemente de que es importante leerlo de principio a fin, este libro es una pieza ideal para practicar la ‘bibliomancia’ (la cual consiste en abrir una hoja al azar y absorber el primer fragmento que tus ojos encuentren, tomando en cuenta que por alguna razón recibiste justo esas líneas en ese momento específico). Incluso, ya en un plano más pragmático, durante algún tiempo hacia emerger ante mi, azarosamente, una lección o pasaje del Hagakure. Al día siguiente intentaba tener esto presente y trataba de implementarlo. Los resultados, ahora me doy cuenta, fueron poco envidiables, pero de cualquier manera me parece un juego recomendable
Para terminar este breve tributo a un maravilloso maestro (reencarnado en un libro), me gustaría compartir algunas de las reflexiones incluidas en el Hagakure, una selección de pasajes que confío podrían aportar algo a tus días y tus noches.
- Sobre lo paradójico que resulta la existencia del término ilusión:
“La palabra gen significa ‘ilusión’ o ‘aparición’. En la India a aquella persona que se vale de conjuros se le conoce como genjutsushi (aquel que domina la técnica del ilusionismo). Todo en este mundo es parte de un gran espectáculo de marionetas. Y no obstante utilizamos la palabra gen.”
- Sobre el punto medio entre el impulso y la displicencia, a la hora de tomar una decisión:
“En palabras de los ancestros, uno debiera de tomar sus decisiones en el lapso de siete respiraciones. Lord Takanubu dijo ‘si consideras algo demasiado, lo echarás a perder’. Lord Naoshige dijo ‘Cuando las cosas se hacen de manera displicente, en siete de diez ocasiones terminarán mal. Un guerrero es alguien que toma decisiones con presteza.’”
- Sobre la determinación corazonada como infalible brújula:
“Cuando tu actitud frente a la valentía esta enraizada en el corazón, y cuando su determinación está libre de toda duda, entonces cuando llegue el momento de tomar una decisión, necesariamente harás la movida correcta.”
- Sobre la claridad en la voz:
“Cuando leas algo en voz alta es mejor hacerlo desde el estomago. Si lo haces desde la garganta entonces tu voz no perdurará.”
- Sobre la importancia del ahora:
“A todos nos ocurre que dejamos que el momento presente se nos escabulla, y luego lo buscamos como si pensáramos que este se encuentra en algún otro lugar. Y nadie parece haberse percatado de esto. Pero al sujetar esto con firmeza, apilaremos una experiencia sobre otra.”
- Sobre la determinación como la pequeña gran diferencia para recorrer el camino:
“Hay algo que puede aprenderse de una tormenta. Cuando nos encontramos con un súbito aguacero, tratamos de evitar mojarnos corriendo a través del camino. Pero al hacer estas cosas, al igual que al pasar debajo de las marquesinas de las casas, de cualquier manera nos mojamos. Cuando estás decidido desde un principio, no habrá nada que te deje perplejo a pesar de que de cualquier modo te mojarás. El entender esto debe aplicarse a todo."
- Sobre la importancia de la palabra
“Para un samurai una sola palabra es de gran importancia sin importar las circunstancias. Mediante una sola palabra el valor marcial puede hacerse evidente. En tiempos de paz tus palabras demostrarán valentía. En tiempos problemáticos, también. Uno sabe que una sola palabra puede evidenciar la cobardía o el valor de una persona. Esta sola palabra es como la flor de tu corazón. No es algo que alguien dice , simplemente, con su boca.”
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