Aunque el Cristianismo en sus sedes oficiales considera una herejía la mera discusión de que Jesús estuvo casado, la evidencia histórica no es del todo clara, y podría lo mismo inclinarse al supuesto de que "el Mesías" tuvo al menos una esposa y no practicó el celibato, como sugieren los Evangelios Apócrifos.
La invstigadora Karen L. King, del Harvard Divinity School ha descubierto un papiro escritó en egipcio copto que data del siglo 4, en el que se menciona a la esposa de Jesús. En el pequeño fragmento de papiro se lee "Jesús les dijo [a sus discípulos], mi esposa... Ella podrá también ser mi discípulo".
Según Karen L. King, especialista en lengua copta, la primera mención que se tiene de una esposa de Jesús data del siglo 2. Sin embargo, la primera mención de Jesús como célibe también proviene de la misma época, por lo cual difícilmente se podría decidir por una versión de manera categórica. "El fragmento sugiere que algunos de los primeros cristianos tenían una tradición en la que Jesús estaba casado".
El hallazgo de este papiro, que le fue dado a King por un coleccionista anónimo y que según toda autoridad en el tema es auténtico, contribuye a una añeja controversia sobre la sexualidad de Jesús y la prohibición de la Iglesia --tanto de que los sacerdotes se casaran como el orillamiento de la sexualidad a algo pagano.
Según varios de los Evangelios Apócrifos y los textos gnósticos, Jesús tenía una esposa (generalmente se menciona a María Magdalena) con la que tuvo hijos --de aquí surge el misterio del santo grial o sangre real. Cabe la posibilidad de que la Igelsia, como una forma de detentar con mayor rigor el poder sobre las masas, haya considerado más apta la imagen de un Jesús célibe, de esta forma limitando la expresión de la sexualidad sagrada o el sendero del éxtasis, que algunas otras religiones han utilizado como una vía central para acceder a lo divino. La Iglesia se convirtió en el intercesor entre Dios y el hombre y como tal guardó celosamente sus canales de comunicación.