Las cárceles son, a su modo, una síntesis de la sociedad a la que pertenecen, la quintaesencia de ese lado oscuro que se pretende negar, marginar, recluir. De ahí que sea interesante estudiarlas, examinarlas, encontrar eso que las buenas conciencias intentan apartar de su vista con desagrado.
Recientemente, y raíz de los motines ocurridos en Londres en agosto de 2011, políticos de corte conservador han expresado su preocupación porque las cárceles inglesas sean “campamentos de vacaciones” en los que sus residentes pasen más tiempo en el ocio que en el trabajo no pagado.
Ante esta situación, el arquitecto Alexis Kalli presentó su proyecto HMPark Life, una nueva y ambiciosa prisión en Brockwell Park, al sur de Londres, que está basada parcialmente en el Infierno de Dante, la conocida estructura cónica descendente, moral y espacial a un tiempo, donde las penas se incrementan conforme se baja en los niveles. Kalli además añade otros principios casi canónicos de la arquitectura carcelaria, entre ellos el célebre Panóptico que —teorizado por Jeremy Bentham en el siglo XVIII y después, desde otra perspectiva, por Michel Foucault— permite un estado de vigilancia permanente sobre los reclusos y sus actividades.
En el plan de Kalli, la peligrosidad de los reos también se corresponde con cada nivel: en el fondo estarían los de “máxima seguridad”. En contraste, arriba, en la superficie se encuentran áreas —una biblioteca, un teatro y algunos talleres— que a la vista de una plataforma, permite inspeccionar a los encarcelados, sea por parte de las autoridades del penal o de visitantes externos.
Curiosamente, Kalli entiende que esto último no es sino simulación (en el sentido que Baudrillard daba al término), que, en última instancia, “HMPark Life es la coartada del Estado que oculta la verdad de que su propósito no es encarcelar, solo apaciguar al público”.
En cuanto a la estructura de su proyecto, el arquitecto lo describe de esta manera:
Las prisiones inglesas se dividen en 7 categorías diferentes de seguridad, 4 específicamente para adultos hombres. La categoría A es la Máxima seguridad para aquellos que mayor riesgo representan para el estado y el público; B para quienes todavía son un riesgo pero también adonde se envían a los presos preventivos (aquellos que esperan juicio o sentencia); C para los delincuentes que no pueden ser confiados a una prisión abierta y D para los de condiciones abiertas [open conditions]. Esta gradación de seguridad se ajusta fácilmente con el Infierno: al situar a los de máxima seguridad (de mayores pecados) en la base de HMPark Life, con los niveles ascendentes B y C y la categoría abierta D en la superficie, este da al proyecto una estructura clara. […]
El tránsito de los prisioneros es siempre en la superficie del edificio para ofrecer una visión completa a los espectadores, mientras que los guardias se ocultan en un laberinto de túneles que corre tras la estructura principal.
Kalli también tomó en cuenta el poema dantesco para la decoración de los espacios. De los primeros tres Cantos, por ejemplo, que hablan del bosque donde Dante se pierde y de la entrada al Infierno, el arquitecto tomó los elementos para ambientar la entrada a la biblioteca con columnas disfrazadas de árboles. Del XXXIV, el último del Infierno, la forma para las celdas de los reos más peligrosos.
El proyecto, por supuesto, tiene mucho más detalles, tanto o más escalofriantes como los anteriormente descritos. Y sin demeritar el talento de Kalli, quizá a él, lector de Baudrillard como se confiesa, habría que recordarle otra cita del teórico francés que señala la verdadera justificación de la realidad penal: «las prisiones existen para ocultar que es todo lo social, en su banal omnipresencia, lo que es carcelario»