La actividad del dopaje es tan antigua como los mismos juegos: En 1904, Thomas Hicks ganó el maratón olímpico con la ayuda de huevo crudo, estricnina y pequeñas pociones de brandy que eran administradas por su entrenador.
“El dopaje siempre ha sido parte de los Juegos Olímpicos, pero los medicamentos, drogas y esteroides no han sido vistos como un problema, son ya un problema”, dijo Martin Polley, historiador olímpico de la Universidad de Southhampton.
Los expertos aseguran que el incremento en el dopaje deportivo es un efecto secundario de lo que está pasando socialmente en el mundo: en realidad el mero hecho de competir ha pasado a segundo término, todo se centra en conseguir una medalla, dinero, reconocimiento, lo que le guste al ego… Las ganas de ganar quizá ciegan a los atletas, a tal grado que algunos llegaaron a comer testículos crudos de animales.
Afortunadamente (o no) las drogas actuales son menos agresivas, más sofisticadas y más difíciles de detectar, y el concepto de “hacer trampa” se ha ido distorsionando.
Vanessa Heggie, historiadora deportiva de la Universidad de Cambridge, comentó que los atletas de los primeros Juegos Olímpicos modernos, allá en 1896, habían proclamado la libertad de ingerir medicamentos y tónicos sin ninguna regulación. Con el paso del tiempo, todo fue distorsionando, pasando de legal a ilegal, y viceversa.
La salud de los atletas era tratada con drogas y medicamentos como la estricnina, cocaína o alcohol. En la actualidad, esto sería impensable porque ahora, a diferencia del siglo pasado, los atletas son vistos como súper hombres, y no como personas comunes y corrientes que gustaban del deporte.
A partir de que en Roma 1960, el ciclista danés Knud Enemark muriera por el uso de anfetaminas, el COI comenzó a implementar medidas en cuestión de dopaje. Desde entonces, la lucha ha ido creciendo con el paso del tiempo. Ahora, la Agencia Mundial Antidopaje tiene una enorme lista de cientos de sustancias prohibidas, y toda la aparatología que se implementa para el control de uso de drogas es, francamente, algo increíble. En Londres 2012, a diario se procesan 400 muestras para más de 200 sustancias vetadas en menos de 24 horas.
La relación dopaje-atletas siempre existirá, aunque resulta cuestionable cómo es que los atletas obtienen las sustancias tan sofisticadas y, a la vez, los mismos científicos sean quienes las detectan, ¿existe alguna relación oscura entre la ciencia y el deporte?
[Reuters]