Sikh fundada por Nanak en el siglo XVI, en la región del Punjab (actualmente entre India y Pakistán), es el nombre de una religión sincrética que incorpora algunos elementos del hinduismo, el islam y otras tradiciones de Oriente.
La jerarquía Sikh reconoce únicamente una decena de gurús, quienes se han encargado de diseminar las enseñanzas de Nanak —compiladas en sus janam sakhis, “historias de vida”y en el Adi Granth, su libro primordial— entre los seguidores de esta religión.
A lo largo de la historia los Sikh han sido objeto de persecuciones, pero a pesar de todo han conseguido preservar su identidad.
En cuanto a las manifestaciones artísticas nacidas en el seno de esta tradición, destaca la influencia de las cortes, reflejo de la época en que los Sikh gobernaban pequeños reinos en el Punjab que al final se unificarían en torno al maharaja Ranjit Singh, “León del Punjab”.
Pintura, joyería y arquitectura son las principales disciplinas en que el arte Sikh destacó, en muchos casos por pedido mismo de las clases gobernantes.
Las escenas representadas son peregrinaciones, momentos de enseñanza, gurús destacados, orfebrería y otros objetos de valor confeccionados para estos, encuentro con dignatarios de otras religiones, entre otros motivos afines.
Estas muestras de arte Sikh provienen del Museo de Arte Asiático de San Francisco.