Los célebres crop-circles —formaciones en campos de cultivo que en sus inicios su confección se atribuyó a civilizaciones extraterrestres, por lo inusual de su simbología— podrían alcanzar su máximo grado de sofisticación con el reciente descubrimiento de uno que, en los campos británicos, ostenta el motivo budista del "nudo infinito", que en dicha doctrina representa la idea del flujo eterno del tiempo (aunque para otros es una metáfora de la sabiduría del Buda que, como el nudo, no tiene principio ni final).
El hallazgo fue realizado por Matthew Williams, piloto amateur que sobrevolaba la región de Cheesefoot Head, en Hampshire. Y aunque se dijo escéptico e ignorante ante quién pudo haber hecho los dibujos, también encontró "paz y calma" en el diseño de la formación.
Asimismo, como si se tratase de un laberinto (uno sumamente singular, ajeno a la concepción usual que tenemos de estos), es posible andar entre estas líneas y recorrer el crop-circle en toda su área y extensión.