Esto sucedió por medio del embajador de México en Japón, Claude Heller, quien en representación del gobierno federal dio su beneplácito a la medida, contraviniendo la voluntad ciudadana, la del Senado de la República y la de otras instancias federales que en los últimos meses trabajaron conjuntamente para evitar que ACTA entrara en vigor en territorio mexicano. La noticia también sorprende porque apenas esta semana el Parlamento europeo, con una votación arrolladora de 478 contra 39, enterró para siempre el proyecto de ley para toda Europa (curiosamente, el comunicado oficial del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual asegura que la Unión Europea sí aprobó ACTA).
La firma tuvo lugar en Japón porque este país es el depositario del acuerdo, el cual, por otra parte, necesita de la anuencia de seis países para ser aprobado: México es ahora el quinto de estos, junto con Estados Unidos, Australia, Marruecos y el propio Japón.
La reacción, por supuesto, no se ha hecho esperar, y ya se habla incluso de "terrorismo cibernético" y otras acciones de protesta contra esta decisión del gobierno mexicano, que además de afectar la libertad en Internet, también viola la garantía constitucional de presunción de inocencia.
La iniciativa todavía espera la aprobación del Congreso mexicano.
Con información de IBTimes