La Agencia de Estándar de Publicidad del Reino Unido (ASA, por sus siglas en inglés) es una de las más estrictas en cuanto a censurar contenido se refiere, atenta siempre a cualquier anuncio potencialmente ofensivo para su población.
Pero igualmente transparente, la ASA publica cada año un reporte en el que incluye el top 10 de los anuncios publicitarios que más quejas suscitaron entre los ingleses (la ASA posee un record de 431,100 quejas en sus 50 años de historia).
Entre estos, las palmas de la ofensa pública se las lleva un afiche del perfume Yves Saint Laurent Opium, en el cual la modelo Sophie Dahl luce prácticamente desnuda, nada más que unos tacones y un par de piezas de joyería. El perfume, con su correspondiente propaganda, se lanzó en el año 2000.
948 personas levantaron su voz ante la ASA para que esta retirara de la circulación la inquietante imagen de Dahl, a lo cual accedió la agencia, arguyendo que el anuncio era “sexualmente sugestivo”.
Y en este caso, como en tantos otros, la censura parece más un trofeo y un reconocimiento que un verdadero castigo.