En una charla espontánea con motivo del 45° aniversario de la revista académica NACLA (North American Congress On Latin America), Noam Chomsky aseguró el pasado 12 de mayo en Nueva York que el fracaso de la llamada “guerra contra las drogas” es ya internacional, pues sus efectos adversos se extienden por todo el continente americano, incluyendo a Estados Unidos, y a ámbitos de la vida que van más allá de la criminalidad y lo jurídico.
Chomsky criticó que sobre la prevención y el tratamiento, los planeadores de estas políticas en su país prefieran el ataque directo y armado al problema del narcotráfico, además de mover estas acciones al extranjero y no en su propio territorio. Según Chomsky, este modus operandi solo ha generado perversas consecuencias que terminan afectando a quienes no necesariamente están involucrados con las organizaciones criminales y que, con cierta frecuencia, pertenecen a los sectores más vulnerables de la sociedad:
Dado que el envenenamiento de cosechas en lugares como Colombia a través de la fumigación antidrogas beneficia a los grandes intereses agrarios y destruye la vida de los campesinos, que la violencia ha desplazado o destruido el tejido social de comunidades en varios países de América Latina y debido a que las políticas antinarcóticos aplicadas dentro de Estados Unidos se ha encarcelado a un vasto sector de la población pobre, sobre toda la afroestadounidense y latina, se tiene que preguntar si estas son consecuencias predecibles, o sea intencionales, de las políticas antinarcóticos.
El también lingüista del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts no siembra gratuitamente esta duda, pues se ha comprobado que paralelamente a estas consecuencias nefastas, la guerra antidrogas también ha venido acompañada de cuantiosas ganancias, solo que, a diferencia de los males, estas son usufructo exclusivo de unos cuantos, una élite, “un amplio sector empresarial está de alguna manera involucrado con el narcotráfico”, según palabras de Chomsky.
“No creo que la guerra contra las drogas sea un fracaso: tiene un propósito diferente al anunciado”, sentenció Chomsky.