Un épico ejercicio que gustan de practicar aquellos fotógrafos que se especializan en fotografías de alta velocidad, es capturar el instante preciso en que una bala atraviesa una gota de agua. Y aunque requiere de la paciencia digna de un maestro Zen, una gran técnica, y equipo óptimo, algunos de ellos, los más diestros, consiguen este memorable trofeo visual. Tal es el caso del fotógrafo Alexander Augusteijn, quien tras cientos, tal vez miles de intentos, terminó con una decena de tomas que documentaron el éxito de su misión.
Imágenes vía petapixel