Hay quienes aseguran que la paciencia puede ser uno de los mejores aliados de un fotógrafo. Ya sea que esta se utilice para esperar justo el instante preciso en el cual se debe disparar la cámara o para recrear las situaciones, escenarios o ambientes ideales, para poder retratar al sujeto en cuestión. Y el fotógrafo israelí Nadav Bagim es un buen ejemplo del segundo de los casos, ya que dedica horas, en ocasiones hasta días para disponer minuciosamente de los elementos que incluirá en sus imágenes: luces, insectos, flores, vegetales, trozos de plástico, etc.
Pero sin duda lo más interesante de este proceso, al menos en el caso de Bagim, es que está explícitamente dedicado a construir una serie de paraísos psicodélicos que albergarán, como habitantes protagónicos, a diversos insectos. Como si se tratase de escenas congeladas del exuberante país que visitó Alicia durante sus aventuras, Bagim crea estos fantásticos parajes en la mesa de su cocina, utilizando artículos hogareños como envases, bolsas o cubiertas para construir una maqueta, añade algún insecto hallado en las cercanías de su departamento y finalmente ambienta el espacio empleando sencillas luces de colores.
Y si bien la serie Wonderland de Vagim puede ser un poco empalagosa, por otro lado también da vida a risueños entornos que te ofrecen un instante de escape visual hacia espacios que, muy probablemente, se encuentran muy lejos de tu vida cotidiana —y tal vez en eso radica el valor de este trabajo.